Iban a ser muchos kilómetros y muchas horas de viaje pero encarábamos la excursión pensando que el camino y no el destino era las autenticas vacaciones.
Salimos desde Granada en coche con destino a Denia donde teníamos previsto tomar el Ferry hasta Ibiza y desde allí hasta nuestro destino final, Formentera.

El viaje en coche fue relajado. El día era soleado y el campo se abría a la incipiente primavera derramando todos los tonos de verde. En la radio del coche nos acompañaba una música infantil a solicitud de la pequeña Beatriz. El viaje fue alegre: el sol, la luz, canciones a coro, una paradita para almorzar, otra para estirar las piernas... Los 460 km. de distancia entre Granada y Denia en lugar de las 5 horas calculadas como media, los hicimos en más de 7 horas. No había prisa. Nuestro ferry no saldría del puerto de Denia hasta las 8 de la tarde y, en cualquier caso, en el camino también estaba el goce del viaje.
El itinerario nos hacía adentrarnos en la provincia de Almería, Murcia y por fin Alicante. Circulando paralelos a la Costa del Azahar, tomamos la autopista de peaje en San Juan. Poco después del peaje divisamos desde la autopista la insólita imagen de la ciudad de

Poco después llegábamos a Denia. Ciudad blanca que se derrama en torno a su altivo Alcázar.

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